En algunos pueblos del Valle de Camargo hemos tenido problemas de hundimientos del terreno (soplaos), con las consiguientes grietas en las casas, en diversos momentos de la historia. Dichos hundimientos han estado, cada vez, relacionados con la extracción de agua del subsuelo. En este blog contamos lo ocurrido, con el deseo de dejar constancia para el futuro y que nunca vuelva a repetirse. Muchas gracias por visitarnos.

viernes, 13 de noviembre de 2009

NO, GRACIAS

Ya habíamos contado que el día tres de este mismo mes, en la rueda de prensa que dieron las Administraciones local y regional junto con Confederación, y en la que anunciaron su propuesta de solución para las viviendas afectadas por los soplaos, se planteó qué ocurriría con el caso de los afectados con sentencia favorable de la Audiencia Nacional, recurrida por el Organismo de Aguas. El señor Marquínez, Presidente de dicha Institución, expuso que por su parte no había ningún inconveniente en que esos afectados (nosotros) renunciaran a la indemnización que les otorgaba la sentencia y se sumaran a la solución general.

Por un lado, precisar que dicho recurso es de casación, es decir, un recurso extraordinario, con sus propias particularidades. Y aún estamos a la espera de saber si se admite o no a trámite.

Pero la razón que nos mueve a escribir esta entrada es que, tras la publicación de la noticia en la prensa, nos han llegado comentarios de que hay personas que se preguntan qué vamos a hacer al respecto. Así que nos gustaría informar de cuál es nuestra postura. Ya a la salida de la rueda de prensa se la trasladamos al señor Marquínez, pues no necesitamos ni siquiera pensarlo, más bien nos provocó una mezcla de ira e hilaridad el propio ofrecimiento en sí: hilaridad por cuanto nos parece ridículo que nos ofrezcan una solución chapucera cuando ya tenemos una sentencia favorable. Ira por el atrevimiento de hacerlo. Para una solución como la que proponen no hubiéramos tenido que esperar tanto, pues hace meses que ya prometieron lo mismo. Hemos luchado mucho por esta sentencia, hemos invertido mucho esfuerzo, tiempo y dinero como para cambiarla ahora por una promesa, una promesa que, aunque pudiera llegar a cumplirse, no nos parece satisfactoria.

Así que dejamos claro que nos mantenemos en la misma postura que hasta ahora. Esperaremos el tiempo que haya que esperar, no importa lo que hagan los demás. Queremos una solución adecuada y definitiva y esta sólo vendrá con la sentencia.

Es más, si esta propuesta pusiera en peligro en algún momento alguno de los logros conseguidos con la sentencia y pudiéramos hacer algo para evitarlo, no dudaremos ni un segundo en hacerlo. De momento, habrá que esperar a ir viendo cómo se desarrollan las cosas para poder juzgar, en cada caso, o cada paso que se dé, con todas las garantías.