En algunos pueblos del Valle de Camargo hemos tenido problemas de hundimientos del terreno (soplaos), con las consiguientes grietas en las casas, en diversos momentos de la historia. Dichos hundimientos han estado, cada vez, relacionados con la extracción de agua del subsuelo. En este blog contamos lo ocurrido, con el deseo de dejar constancia para el futuro y que nunca vuelva a repetirse. Muchas gracias por visitarnos.

viernes, 25 de marzo de 2011

UNA TIERRA HERIDA EN EL MUNICIPIO DE CAMARGO

Por Marta Rubio de las Cuevas, DNI: 13715701

Como vecina del pueblo de Camargo, donde mi familia vive desde hace 50 años y como afectada por el grave problema de los “Soplaos”, creo que debo expresar mi opinión en línea con el poema de Blas de Otero en versión cantada de Paco Ibáñez que decía “He perdido la vida, he perdido la voz, he perdido todo, pero me queda la palabra”. La voz del pueblo perdida por el miedo, hecho que aprovechan los gestores para mantener en olvido nuestro problema.

Efectivamente, solo nos queda la palabra para defender nuestra tierra y nuestros derechos, y a través de estas líneas pretendo que toda la sociedad Cántabra conozca la realidad de nuestro Municipio y nuestra impotencia ante el inminente hundimiento de nuestras viviendas, hecho que desde hace 8 años venimos denunciando y que las administraciones olvidan.

Esta tierra donde se asientan principalmente los pueblos de Revilla y Camargo, ha sido herida por la mano del hombre, que a lo largo de muchos años, ha extraído el mineral de sus entrañas, arrancado la piedra de sus montañas, instalado industrias contaminantes y chupado el agua de su subsuelo, hasta el punto de hundirlo.

Estos fenómenos geológicos llamados “Soplaos”, no son un hecho aislado en la historia de esta tierra. Durante décadas hemos sufrido y también nos hemos beneficiado, de la explotación de los numerosos recursos naturales existentes en nuestro entorno, favorecido por la situación geográfica de este Municipio. No cabe duda, que su emplazamiento estratégico en pleno arco de la Bahía y en el área de expansión natural de la ciudad de Santander, ha tenido sus repercusiones, algunas positivas y muchas negativas.

Esta tierra, con manantiales de agua en su subsuelo se ha mantenido en equilibrio, hasta que la mala gestión de esos recursos hídricos, chupando el agua como vampiros, la han dejado hueca, inestabilizando el terreno hasta el punto en que nos encontramos. Realmente hemos tenido mucha paciencia pero, ¡Ya no podemos seguir callados!.

En este contexto, entiendo que en todo este tiempo algo habremos aprendido, tanto nosotros como, sobre todo, nuestros gestores. Sabemos que la ampliación de las canteras y la intensificación de su actividad, aumentan los temblores causados por la explosiones en un terreno hueco y sin consistencia, aumentando los problemas de inestabilidad del suelo, polvo y ruido. Sabemos que la construcción de nuevas vías de comunicación o la ampliación de las existentes, supone meses e incluso años de obras y de incomodidad. Sabemos que la construcción sin límites, conlleva la pérdida definitiva de espacios de ocio de gran calidad natural, la pérdida de biodiversidad y graves problemas en la dotación de servicios. Pero, sobre todo sabemos, que el desarrollo “a cualquier precio” y sin las previsiones necesarias, sobre todo en un Municipio que hace gala de su compromiso con el medio ambiente, ha llevado a la sobrexplotación de los acuíferos, al desequilibrio del sistema kárstico que recorre nuestro subsuelo y en última instancia al hundimiento de nuestras viviendas.

Habiendo aprendido tantas lecciones, ¿Cómo puede nuestro Ayuntamiento plantear una vuelta de tuerca más, con el desarrollo de nuevos polígonos industriales demandantes de una gran cantidad de agua, con la construcción de un campo de golf o con la urbanización de espacios naturales?.

Sabemos que la competencia sobre la gestión del agua, corresponde a la Confederación hidrográfica del Cantábrico, pero sabemos también que el Plan General de Ordenación Urbana de Camargo (expuesto en La Vidriera), depende de nuestro Ayuntamiento y que será el documento que determine el modelo de desarrollo del Municipio. Por ello, exigimos como ciudadanos ser escuchados y plantear un futuro viable para el municipio, pero también para nuestros hogares.

A día de hoy, un grupo de vecinos nos hemos asociado con el fin de hacer reflexionar a las distintas administraciones sobre la situación y poner remedio a nuestro problema, que tristemente, ha sido generado por su mala gestión. También demandamos una información a la que no tenemos acceso, unos estudios geológicos que desconocemos, unos estudios arquitectónicos que plantean actuaciones de las que no estamos siendo informados, incluso cuando nuestras cabezas corren el peligro de ser aplastadas por el tejado.

Los que administran, gestionan, dirigen nuestros destinos, los que piensan por nosotros, los que nunca preguntan ni dialogan porque creen que los demás somos unos ignorantes y ellos lo saben todo, deberían pensar que el futuro de un municipio, se debe determinar contando con la colaboración de los vecinos y no a sus espaldas. El aprovechamiento de los recursos, no significa exprimirlos hasta agotarlos y hundirlos. Una buena gestión, se identifica con un equilibrio que en la actualidad no existe en nuestros pueblos. El grave deterioro de nuestro medio, debería de ocupar la mente de los gestores para dejar de emprender estos “Grandes Proyectos” y regenerar el medio. ¿Cómo se puede planear nuevos asentamientos, tanto industriales como humanos, en una tierra que se hunde, si todavía no han reparado las viviendas afectadas y donde siguen apareciendo “SOPLAOS” en caminos y campos?, ¿Por qué no se delimita y protege un área de afección por riesgo de hundimientos?

Han hundido nuestra tierra, nos han hundido tanto económica como psicológicamente y con sus mentes privilegiadas pretenden acabar con nosotros. El Ayuntamiento es como “nuestro padre” pero, ¿Qué padre hace eso con sus hijos?, este suelo también es su responsabilidad, no se puede dar la espalda a los graves problemas que están ocurriendo.

En definitiva, información, dialogo y soluciones pero NO DESARROLLO A TODA COSTA CON EL PRETEXTO DE LA CRISIS.