En algunos pueblos del Valle de Camargo hemos tenido problemas de hundimientos del terreno (soplaos), con las consiguientes grietas en las casas, en diversos momentos de la historia. Dichos hundimientos han estado, cada vez, relacionados con la extracción de agua del subsuelo. En este blog contamos lo ocurrido, con el deseo de dejar constancia para el futuro y que nunca vuelva a repetirse. Muchas gracias por visitarnos.

domingo, 31 de octubre de 2010

JUGANDO AL ESCONDITE CON LOS SOPLAOS

Por Marta Cortázar Pastor, DNI: 72.024.388

Soy una de las tantas afectadas por los soplaos (hundimientos del terreno provocado por la extracción abusiva e ilimitada de agua del subsuelo para el abastecimiento del municipio) en el valle de Camargo (Revilla y Camargo). Somos más de medio centenar las personas que vemos, día tras día, como nuestras propiedades se van deteriorando de forma alarmante, con el peligro que ello conlleva (algunas han tenido que ser desalojadas).

Llevamos más de un lustro esperando, de forma más o menos resignada, que las administraciones pongan las oportunas soluciones para tratar de solventar las inquietudes y penurias que el tema nos produce (recuerdo que ya hay una sentencia firme de la Audiencia Nacional que condena a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico a hacerse cargo de los desperfectos ocasionados en el terreno y la vivienda de unos vecinos afectados en este valle). Esta confederación ha iniciado las obras de consolidación del terreno y refuerzo de la cimentación de las casas afectadas, para lo que el Consejo de ministros autorizó el pasado diciembre una partida de 2,8 millones de euros. El proceso arrancaba a principios de este año con una investigación geotécnica del terreno, con lo que se pretendía iniciar sin demora los trabajos, que comenzarían por los inmuebles más afectados (aparentemente una decisión lógica, creo yo). Nosotros, los afectados, mientras, esperábamos con paciencia máxima.

Ya han pasado más de nueve meses y en la actualidad, los afectados estamos totalmente desinformados sobre los resultados de los informes técnicos realizados por empresas especializadas en nuestras viviendas, de lo que según ellos se debe hacer y del orden de prioridad de actuación en cada uno de los inmuebles, es decir, un desconocimiento total de la situación (parece que hay un gran hermetismo al respecto, no sé la razón, ya que nosotros somos a los que más nos preocupa la correcta solución ).

Pero nuestra agonía no termina aquí, hace casi un mes los operarios y las máquinas han dejado de trabajar en la reparación de las casas. Las causas de este cese se deben, según los responsables del ayuntamiento, a que se han gastado en arreglar cuatro casas el 70% del presupuesto (de ser así, alguien, en la Administración y en las empresas contratadas, debería responder por ello, no es de recibo seguir trabajando hasta gastar más del 70% del presupuesto de 52 casas en sólo cuatro)

Todavía no queda ahí la cosa, cuál es mi sorpresa cuando leo y oigo en los medios de comunicación que el Ilustrísimo Ayuntamiento de Camargo (mayor interesado en sacar el agua del subsuelo y promotor de la puesta en marcha de las bombas extractoras), representado por su primer edil ha convocado una reunión esta última semana y ha llamado a todos los afectados por los soplaos para informarles de la situación actual. Yo aquí me quedo con cara de lerda porque ni yo, ni otros que conozco de mi pueblo, han sido convocados ni han acudido a dicha reunión. Me vienen entonces muchas preguntas a la cabeza: ¿Por qué muchos vecinos de Revilla afectados no hemos sido citados?¿Es nuestro problema menos importante? ¿Se habrá olvidado nuestro alcalde, o nuestra representante en la alcaldía de nosotros?

Mientras tanto, todos los afectados, y digo todos, esperamos respuestas y los políticos bla, bla, bla,…, que se acercan las elecciones y hay que tener a los vecinos contentos.