En algunos pueblos del Valle de Camargo hemos tenido problemas de hundimientos del terreno (soplaos), con las consiguientes grietas en las casas, en diversos momentos de la historia. Dichos hundimientos han estado, cada vez, relacionados con la extracción de agua del subsuelo. En este blog contamos lo ocurrido, con el deseo de dejar constancia para el futuro y que nunca vuelva a repetirse. Muchas gracias por visitarnos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

FLECOS DEL PLAN DE ACTUACIÓN

Queremos hoy reflexionar acerca del Plan de Actuación presentado por la Confederación a los afectados. Y es que parece como si el hecho de que existiera un Plan, este u otro, diera por solucionado el problema de los soplaos, cuando no es así.

En este Plan se contempla tan solo la consolidación de las cimentaciones de un número determinado de viviendas. Pero con ello se olvidan otros aspectos que sería necesario tener en cuenta:

- No se pueden ignorar las denuncias presentadas con posterioridad a la fecha contemplada en el Plan. El problema al terreno ya se ha causado y no va a cesar porque se controle la extracción de agua.

- Las viviendas no solo se vieron afectadas en su cimentación, sino también en paramentos, soleras, ventanas, puertas… Y no se contempla su reparación. Incluso algunas de las viviendas ya cimentadas siguen desalojadas por no ser habitables.

- Hay afectados que no quisieron arriesgar la integridad de su vivienda y repararon todos o algunos de los desperfectos. Y nadie va a hacerse cargo de ellos, sino que van a seguir corriendo por su cuenta. Sin embargo, la cantidad invertida no es pequeña, en algunos casos.

Esto en lo que se refiere a las viviendas. Pero hay otros factores que tampoco se han contemplado:

- Los agujeros en el terreno siguen sin taparse por parte de ninguna administración, dejando a los afectados con un problema que, por otro lado, tampoco saben cómo solucionar de forma adecuada.

 - Parece que el cese total de la extracción de agua subterránea se ha dado de facto, pero no existe resolución que lo prohíba. Lo cual, dado el hecho probado de que dicha extracción ha sido causa directa del desencadenamiento de hundimientos y daños, y teniendo en cuenta que parece no ser indispensable su uso, nos parece arriesgado cuanto menos. Porque el error cometido en esta ocasión podría volver a repetirse en el futuro.

- Queda pendiente establecer unas directrices que guíen la elaboración o modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana, delimitando un área de afección por soplaos y protegiéndola de forma adecuada, para evitar daños al terreno, a las posibles construcciones futuras y, por supuesto, a las ya existentes. En todo caso, de no establecerse directrices concretas, ajustarse a lo que dictan las leyes ya existentes.

Por último, los plazos que se han señalado para llevar a cabo el plan son tan largos que se diluyen en lo intangible, de manera que las primeras casas incluidas en el Plan serán reparadas en 2.013, pero las últimas en 2.016. Quién sabe qué puede ocurrir hasta entonces. Entendemos que hayan querido intentar eludir la grave crisis que asola el país, pero es mucho tiempo el que se suma a los años de incertidumbre que ya han pasado y que los afectados han vivido uno a uno, día a día. Con esto, el problema particular de bastantes afectados va a continuar aún por varios años.

Tras las reflexiones anteriores, cabe concluir que el Plan es un clavo ardiendo al que los afectados pueden agarrarse, pero no la solución integral que cabría haber esperado.